Soy el ruido del mar
En el invierno y sus noches silenciosas el ruido de las olas rompiendo en los acantilados llenaba la imaginería del pueblo celta. La orilla representa el límite entre Este y el Otro Mundo. Estamos en la fecha de Samhain y el inicio de la mitad oscura del año. El ruido del mar representa la reverberación del océano giamos contra el límite entre ambas partes del año.
En esta luna deberemos tomar conciencia de la necesidad de la llegada del cambio. Dejar ir, permitir que la energía de la fase samos se deslice fuera de nuestro control y se hunda en el vientre del océano, esperando el renacimiento. Momento en que la reflexión y otros estados de conciencia se ven en demasía. Período para reprocesar y reasimilar la experiencia pasada.
A medida que la luna crece, escuchamos el ruido del mar cada vez más fuerte, indicando nuestro acercamieto al límite entre la vida y la muerte. Con el atenouxtion (luna llena o plenilunio) cruzamos el límite y dejamos ir nuestra sed de luz y acción. La luna menguante nos conduce hacia el corazón de la oscuridad, donde las fronteras que ya no se ven, al fin se disuelven de nuestra conciencia y nos tornamos permeables al potencial fertilizador del Otro Mundo. Así preparado, nos abrimos a la experiencia de giamos.
¡Bienvenida luna del acantilado! El año cruza el límite entre la luz y la oscuridad, las fuerzas del crecimiento dormirán en los mares del Otro Mundo. Nosotros también nos replegamos, para saciar nuestras almas en la nutritiva oscuridad más allá de nosotros mismos.
Soy una ola del océano
Esta es la ola corriendo libremente, una parte de los movimietos libres y misteriosos del mar. Es un lugar peligroso, pero al mismo tiempo dador de fertilidad y vida.
La ola que nos arrastra a nuestras profundidades debe limpiarnos del ciclo pasado, para así mirar con buenos ojos el que recién inicia. Debemos ir al vientre del renacimiento.
Con la luna nueva sintonizamos con el poder de la marea oscura, sentimos la fortaleza de la ola transportándonos hacia regiones sin marcar; y a través del período creciente, viajamos más y más lejos en las profundidades del giamos, habiendo arrancado las amarras que nos retenían en el pasado. En el atenouxtion nos hallamos en la Casa Tethra, donde se esconden las primeras estrellas, y la luna menguante será sentido como el reverso del movimiento de la marea, que nos quita el recuerdo del fracaso y la insuficiencia, dejándonos en la oscuridad sanadora sin temor ni remordimiento.
¡Bienvenida luan de la marea! la oscuridad alcanzó su pico más alto y barre vestigios del año que se fue. Nosotros arrastramos todos los recuerdos de fracasos pasados y nos preparamos para un nuevo comienzo.